Juan Santander vive en el Líbano. Es argentino, trabajador humanitario y especialista en planificación, monitoreo y evaluación para Unicef. En diálogo telefónico con PERFIL, explica cuál es la situación de los niños refugiados en el país. Detalla los mayores desafíos en materia de acceso a derechos a los que se enfrenta la población infantil, cuyas principales falencias son la educación y salud, y la violencia a la que están expuestos.
Educación. De los cinco millones de personas que hay en el país, más de un millón son refugiados. “El Líbano, en este momento, es el país con la mayor cantidad de refugiados per cápita. Tenemos 500 mil niños en edad escolar que necesitan ir al colegio. La educación es el tema principal. Hay motivos muy claros: asegurar la escolaridad continuada”, detalla.
—¿Qué plan implementó Unicef para afrontar la crisis humanitaria producto del conflicto sirio en el Líbano?
—Más que una crisis de refugiados, en el Líbano lo que tenemos es una crisis para la niñez, para la infancia. Y no sólo de los refugiados sirios. Hasta 2013, la educación pública cubría la escolaridad para unos 250 mil niños libaneses. En cambio hoy, para poder cubrir a todos los niños refugiados que llegaron al país, se debería triplicar su capacidad. Necesitamos que los niños estén en un lugar seguro, protegidos, y que puedan desarrollarse . Y que en el futuro tengan una escolaridad que pueda certificarse para que cuando vuelvan a Siria o adonde sea puedan continuar.
La foto. Para comprender la situación, el especialista describe que otros problemas que se dan en el territorio son “el trabajo infantil, el matrimonio infantil y la violencia en el hogar, la comunidad o el colegio: para disciplinar al niño muchas veces se ejerce violencia física grave y violaciones”.
En general, “uno de cada diez niños sirios de 5 años está expuesto al trabajo”. Las tareas que suelen hacer son mendigar, lustrar zapatos o cosechar papas, 12 horas al sol a cambio de un dólar por día.
Sobre el matrimonio infantil, el último estudio de Unicef refleja que “en 2016, una de cada cuatro niñas –que tenían entre 15 y 19 años– ya estaba casada. Estamos hablando de más del 25%, mientras que en Siria este número era menor al 10% antes de la guerra”.
Otra situación que suele suceder, más que nada con jóvenes, es que los “involucran en grupos extremistas, muchas veces yendo a Siria”.
También son temas imprescindibles para los niños el agua, el saneamiento y la salud. Para ello, “nuestros programas de vacunación y nutrición permiten que los chicos estén protegidos en cuanto a desarrollo y agua potable”, concluye el argentino Juan Santander.