7 de abril de 2021
Queridos libaneses
Ayer se celebró una reunión entre representantes del ministerio de Finanzas, el Banco Central del Líbano y la empresa “Álvarez y Marsal”, sin llegar a un resultado concreto, donde se decidió otra reunión para este viernes.
Veo esto como otra dilación más y un indicativo de que no hay voluntad real de realizar la auditoría forense. Prueba de ello es que el consejo de ministros tomó la decisión de hacer dicha auditoria el 26 de marzo de 2020, y hasta el momento, es decir después de un año y pocos días, la decisión no se ha implementado.
Otra prueba más de la falta de voluntad de proceder con tal auditoria, es que las negociaciones fueron sustituidas por correspondencia a distancia, al reducir el nivel de los negociadores.
Normalmente, las verdaderas negociaciones tienen lugar de forma directa, cara a cara alrededor de una mesa, entre los propios funcionarios y no entre sus representantes, tal como ocurrió ayer.
Lo que ocurrió indica que seguiremos dando vuelta dentro un círculo vicioso sin horizonte en el tiempo, ni en los controles.
El pueblo libanés está esperando saber el destino de su dinero y teme que el tiempo le sea robado después de que le hayan robado el fruto de toda su vida.
Antes de mi regreso al Líbano en 2005, veía los riesgos de un colapso financiero.
Cuando asumí el cargo de diputado y jefe del bloque parlamentario, exigí insistentemente que se llevara a cabo una auditoría forense en las cuentas del Banco Central del Líbano y el establecimiento de un Tribunal Especial para los delitos financieros. Las dos solicitudes fueron puestas en las gavetas.
Después de que fui electo presidente de la República, y durante tres años, intenté en vano abrir la puerta a la auditoría forense para proteger a los depositantes, pero la crisis financiera y monetaria iba agravándose. Los primeros indicios del colapso económico comenzaron por aparecer en julio del 2019, y la situación trágica se reveló el 17 de octubre del mismo año.
El 26 de marzo del 2020, le pedí al gobierno del primer ministro Hassan Diab, y al ministro de Finanzas Ghazi Wazni, tomar las medidas necesarias para llevar a cabo la auditoría forense en las cuentas del Banco Central, con el fin de averiguar y revelar las causas del deterioro financiero.
Las sospechas que teníamos de la ausencia de transparencia en las cuentas del Banco Central fueron confirmadas.
No sabíamos con exactitud el volumen real de nuestras reservas en monedas extranjeras, y el faltante se cubría con dinero de los depositantes, contrariando la ley.
Argumentos poco convincentes impidieron que el gobierno ordenara a la firma internacional “kroll” realizar la auditoría forense, y, tras grandes esfuerzos, el gobierno acordó asignar a la firma “Álvarez & Marsal” dicha auditoria. Se autorizó al ministro de Finanzas firmar el contrato con ella. La firma del acuerdo se realizó el 1ro de septiembre de 2020, es decir, cinco meses después de aprobarse la decisión en consejo de ministros.
La firma Álvarez & Marsal, por medio del ministro de Finanzas, dirigió 133 preguntas al Banco Central, quien respondió a solo 60 de ellas, y se negó a responder al resto, bajo pretexto de que violan el código de moneda y crédito, o porque no posee la respuesta.
El 20 de octubre del año pasado, la empresa renovó sus preguntas al Banco Central, pero nuevamente se quedó sin respuesta.
La Auditoría Forense se enfrentó a muchos obstáculos, los cuales fueron desmantelados uno detrás del otro.
Sus pretextos eran que la ley del secreto bancario prohíbe la auditoría.
En este sentido, dirigí una carta al Parlamento y la respuesta fue que las cuentas del Banco Central si pueden ser objetos a una auditoria forense. Entonces, fuimos más allá y aprobamos una ley que suspende la aplicación de la ley del secreto bancario por un año.
Todos estas gestiones fueron cumplidas a cabalidad, pero las obstrucciones seguía hasta que el ministro de Finanzas haya admitido hace unos días que el Banco Central se abstuvo de responder a una gran cantidad de preguntas de Álvarez & Marsal.
Ha quedado claro que el objetivo de la dilación es llevar a la firma a la desesperación para que abandone el Líbano y para que se detenga la auditoria forense, y se exonera a los criminales de toda culpa.
Estimados libaneses,
El fin de la auditoria forense significa acabar con la iniciativa francesa, porque sin ella no hay ayudas internacionales, ni conferencia Cedre, ni apoyo árabe, los países del Golfo en particular. Tampoco del fondo monetario internacional.
La auditoría forense es la puerta de entrada para identificar a quienes fueron los causantes del delito del colapso financiero.
La auditoria forense no es una petición personal del presidente de la República, sino que está en el centro de la iniciativa francesa y de las exigencias del FMI, y sobre todo de todos los libaneses.
Del depositante cuyo dinero le fue despojado del banco quien vio evaporarse el fruto de labor de toda su vida.
Del paciente que espera en la puerta del hospital y no tiene como para ingresar, y le dicen que su dinero fue confiscado por los bancos.
Del estudiante que viajó para seguir sus estudios en el extranjero, y se quedó sin recibir remesas de su familia.
De las familias que ya no pueden hacer frente a los gastos diarios debido al colapso económico y a la devaluación de la moneda nacional.
De los jubilados que contaban con sus prestaciones sociales en el banco para vivir el resto de su vida con decencia y dignidad.
Yo, Michel Aoun, les digo a todos los libaneses: pueden estar en desacuerdo conmigo en la política, pero siempre me encontrarán a su lado en las causas justas.
Estoy en primera línea, delante de ustedes, en la batalla para desvelar el saqueo más grande en la historia del Líbano.
Así que estén conmigo. Dejen a un lado sus diferencias políticas y confíen en que no dejaremos que roben a la gente, ni partir el corazón de una madre, ni humillar a un padre, menos insultar a un enfermo.
No permitiremos el saboteo de la auditoria forense ni la destrucción del estado, de la gente, de su historia y su futuro.
A los lideres políticos y apolíticos les digo:
Su responsabilidad es grande delante Dios, el pueblo y la ley, y lo que sucedió no hubiese sucedido si ustedes no hubieran proporcionado la cobertura mínima para el Banco Central, los bancos privados y el ministerio de Finanzas.
Al banco central le digo:
La responsabilidad principal cae sobre sus hombros porque violó la Ley de Moneda y Crédito. Tenía que haber reglamentado la accion bancaria y tomar medidas para proteger el dinero de la gente en los bancos, e imponer estándares sobre solvencia y liquidez.
Para los bancos les digo:
Su responsabilidad es clara y no pueden eludir esta realidad. La gente confió en ustedes y depositó su dinero en sus manos, y ustedes actuaron de manera irresponsable preocupados por obtener ganancias rápidas, sin tener en cuenta los riesgos y sin respetar las reglas de la profesión.
Todos los gobiernos, administraciones, ministerios, consejos y comisiones son responsables de cada centavo desperdiciado a lo largo de los años. Todos deben estar sujetos a la auditoria forense.
Para los países que expresan su solidaridad con el pueblo libanés, y reclaman la transparencia en el seno del Banco Central y el resto del sector bancario, como por reformas financieras y monetarias, les digo: Ayúdenos a desvelar las transferencias de fondos que fueron realizadas después del 17 de octubre de 2019, y que tomaron el aspecto de contrabando financiero.
Los fondos en moneda extranjera fueron transferidos desde el Líbano a bancos reconocidos en el mundo. Este tipo de operaciones no es posible ocultarlas.
Si la decisión existe, podemos descubrir quién transfirió los fondos de los libaneses al exterior e investigar y escudriñar para revelar si estos fondos eran limpios o sucios. Cómo los obtuvieron sus dueños y si era posible recuperarlos.
La Auditoría Forense es sólo el comienzo. Esta batalla quizás sea más difícil que la liberación del territorio, porque es contra los corruptos y los ladrones que son más peligrosos que el ocupante y el agente.
Quien roba el dinero de la gente roba la patria.
Queridos libaneses
Tengan cuidado. El abandono de la auditoria forense es un golpe a la decisión del gobierno. Por lo tanto, llamo a este a realizar un consejo extraordinario para tomar una decisión adecuada y proteger los depósitos de la gente, como revelar las causas del colapso, y determinar responsabilidades, para allanar el camino a una rendición de cuentas y al restablecimiento de los derechos.
Soy Michel Aoun, el Presidente de la República y el General que ustedes conocen. Les hago un llamado no a estar conmigo, sino a estar con ustedes mismos y con el futuro de sus hijos. Vamos a descubrir juntos los hechos para restaurar los derechos. Más adelante, tendremos el tiempo suficiente para discreparnos en la política. Pero, por el momento debemos hacer frente.
Sí a la Auditoria Forense para que ustedes puedan vivir y para que viva el Líbano también.