Desde el 26 de septiembre y hasta el 14 de enero 2018, el Instituto del Mundo Árabe (el IMA) en París, presenta la exposición “Cristianos de Oriente, dos mil años de historia”.
En asociación con La Obra de Oriente, esta exposición, inaugurada por los presidentes de Francia y Líbano, recoge piezas excepcionales que, por la mayoría, dejan su tierra de origen por primera vez.
Evangelios, manuscritos, frescas, mosaicos, estelas y muchas fotografías que muestran la riqueza de los cristianos en esta región desde tiempos inmemoriales.
El cristianismo oriental y su diversidad
El cristianismo nació en Jerusalén y se extendió rápidamente en toda la región del actual del Medio Oriente: de Egipto hasta Líbano, Siria, Jordania e Irak. Así que los cristianos pudieron desempeñar un papel importante en el desarrollo de esta región tanto a nivel político como social, religioso y cultural.
Un papel muy particular se destaca a lo largo de las fases evolutivas de su historia: el cristianismo como religión del Estado, los concilios fundadores, la conquista musulmana, el auge de las misiones católicas y protestantes, la presencia de los cristianos en el período de la Nahda y la renovación en los siglos XX y XXI.
Pasando de una sala a otra, descubrimos la gran diversidad del cristianismo oriental, católico y ortodoxo, así como las varias iglesias que lo compone: copta, griega, asiria-caldea, siriaca, armenia, latina, maronita y protestante.
Descubrimos también los primeros dibujos cristianos, y muchos otros objetos importantes y únicos, como el ícono de la iglesia maronita de Beirut de la Virgen de la Dormición, la domus ecclesiae de Dura-Europos del siglo III, una biblia siriaca completa del siglo VI, o abanicos de cobre de Musul…… porque durante siglos y siglos el mundo árabe era cristiano.
La implicación de los cristianos de Oriente
Aunque se hacen minoritarios con el tiempo, los cristianos siguen influyendo en el Oriente.
Bajo el Imperio Otomano, los cristianos son los intermediarios entre europeos y musulmanes, y hacen parte de la burguesía erudita y comerciante de la región. También inventan el sistema de la imprenta en el mundo árabe. Y es interesante saberlo, es un libanés cristiano quien participó en la creación del famoso cuento “Las mil y una noches”.
Como lo repite siempre Monseñor Gollnisch, director ejecutivo de La Obra de Oriente “es verdad que esos cristianos son perseguidos, y es verdad también que son gentes obligadas a abandonar su país, pero llegar hasta presentarles como partidarios ocultos del occidente en el Oriente, eso no puedo admitirlo, y me parece muy absurdo. Están en casa, están en su tierra de origen, están en su propio hogar desde hace dos mil años”.
Es por eso que la Obra de Oriente les sustenta desde más de un siglo. Y en asociación con el IMA, decide participar en esta exposición para hacer conocer mejor el patrimonio y la historia de los cristianos de Oriente, para promoverles y protegerles.
La Obra de Oriente es el puente entre las comunidades cristianas y el IMA. Es el vínculo imprescindible para realizar esta exposición y traer las obras de los diferentes lugares de Oriente a París.
Dentro de esta asociación, miembros como Vincent Gelot están completamente metidos. Él, por ejemplo, como responsable de la misión patrimonio pudo transportar manuscritos melquitas y siriacos católicos a París; además de su proprio libro escrito entre 2012 y 2014 que relata su viaje y su aventura con estas comunidades cristianos orientales de El Líbano en Afganistán pasando por el Yemen, Sudán, Egipto, Siria y el Kurdistán iraquí, y está expuesto en la última sala de la exposición.
Aquí Vincent dice: “estoy impresionado por la belleza y la riqueza histórica y espiritual que ofrece esta exposición al público, tiene una riqueza, desconocida o mal conocida hasta ahora por el Occidente. Y lo más interesante es saber que estos íconos y objetos vienen de las iglesias y de las capillas y no de los museos lo que significa que pese a todo lo que pasa contra los cristianos, su contribución era y sigue siendo importante”.
Y su colega Raphaelle Ziadé, responsable de esta exposición, añade diciendo: “Además de un recorrido en el pasado, esta exposición ofrece una perspectiva y una reflexión sobre el presente. Un presente amenazado y peligroso para los cristianos de Oriente. Así el público podrá acabar su visita con unas fotografías artísticas vivas para considerar la realidad de hoy tal y como es”.
Es conmovedor salir de la exposición guardando la mirada de los cristianos de hoy en nuestra cabeza, dándonos cuenta de que ya no es la piedra ni el libro de historia que hablan sino el ser humano, como estos recién-casados que vemos en la última foto de la exposición.