En un momento en que los libaneses esperan formar un nuevo gobierno que se dedique a enfrentar el deterioro de la situación económica y social en el país, sobre todo después de que hayan pasado 10 meses desde la dimisión del gobierno de Hassan Diab, y 8 meses desde que se le encargó al ex primer ministro Saad Hariri la formación de un nuevo gobierno.
Y cuando el Presidente de la República, General Michel Aoun, mostró toda su disposición para facilitar esta tarea, nos encontramos de vez en cuando con declaraciones y posiciones de algunos personajes que interfieren en el proceso de la formación ignorando de forma intencional o involuntaria lo que establece la constitución sobre el mecanismo que debe seguirse para formar el gobierno, que se resume en la necesidad de un acuerdo entre el presidente de la República y el primer ministro designado, quienes se ocupan de forma exclusiva del proceso de la formación del gobierno y de emitir los decretos.
Dado que durante los últimos días han surgido nuevos hechos que han infringido las normas constitucionales y los principios establecidos, algunos personajes y órganos se ofrecieron de forma voluntaria a ayudar a formar el gobierno. Estos están llamados a leer la constitución y acatar sus disposiciones, y no dar largo a su interpretación para establecer nuevas normas y reglas que no confluyan con si misma, sino que buscan armonizar con los deseos de estos personajes, o con objetivos donde algunos quienes trabajan en obstruir todo al no facilitar la formación del gobierno, están tratando de lograr estos objetivos. Prácticas que ya nadie puede negar.
La Presidencia de la República, que respondió a muchas de las propuestas que se le presentaron para lograr un nacimiento natural del gobierno, y omitió muchos abusos, excesos y ataques directos en su contra y en contra de las prerrogativas del presidente de la República, considera que el impulso artificial que algunos crean en la aproximación del expediente de la formación del gobierno, es inaceptable si no toma el camino único previsto en el artículo 53, párrafos 2, 3, 4 y 5 de la Constitución.
Finalmente, debemos preguntarnos si las posiciones e intervenciones que obstaculizan el proceso de formación sirven a los intereses de los libaneses que están sumidos en una crisis económica con un alto costo de la vida sin precedente, y satisfacen sus necesidades humanitarias y sociales urgentes para las cuales no hay soluciones serias, excepto a través de un nuevo gobierno de rescate?