Libanesas, libaneses,
Llega el septuagésimo octavo aniversario de la independencia del Líbano, y nuestro país sigue aún sumergido en un mar de crisis sucesivas que nos privan la alegría, pero no pueden impedirnos vivir lo significado de esta celebración.
El Líbano y los libaneses han pagado caro por transformar nuestra independencia de una fecha de recuerdo en una celebración real, y es nuestro derecho, más bien es nuestro deber, apegarnos todos a esta celebración, y asegurar aún más su consolidación.
La independencia de un estado implica su libre decisión y la protección de los intereses de la nación, y mantener buenas relaciones con todos los demás países.
Para el ciudadano común, la independencia requiere del funcionamiento de las instituciones del Estado para que sean confiables y capaces de protegerlo y garantizarle sus derechos. En contraparte, él debe garantizarles sus obligaciones.
Esta independencia requiere de una lucha diaria para preservarla, para recuperar lo que hemos perdido, y para salir de esta dolorosa realidad contra la que luchan nuestra Patria y nuestro pueblo.
También requiere de una cooperación sincera entre todos los sectores de la nación, grupos e individuos. Aprovecharse de la situación política en tiempo de crisis solo producirá más tensiones y divisiones.
Queridos Compatriotas
40 por ciento de mi mandato presidencial ha pasado con ausencia de un gobierno, debido a las trabas impuestas cada vez que haya un proceso en su formación, y a obstáculos y enfrentamientos políticos simulados, que solo retrasaron las soluciones y agravaron las crisis.
Después de un arduo trabajo, y bajo condiciones muy estresadas, finalmente, nació el gobierno “Juntos por el Rescate”. Le aguardaban desafíos inmensos y espinosos: una crisis financiera y monetaria sin precedentes, una sofocante crisis social y médica, atrofia económica, altas tasas de desempleo, inmigración y pobreza. Este gobierno se comprometió con un programa realista para sacar al Líbano del túnel.
Apenas se inició la obra, se detuvo gracias a la crisis surgida, donde se mezcló la justicia con la seguridad y la política.
Las soluciones para superar la crisis existen, y nuestra constitución lo prevee claramente en el párrafo “E” de su preámbulo, que habla de que el sistema libanés se basa en el principio de la separación de poderes.
¿Vamos todos a respetar la Constitución y a “devolver al César lo que es del César” para que el gobierno pueda reanudar su misión? O dejar que la soga se apriete más aún hasta el punto de asfixiar a nuestras familias y nuestros hijos, tanto en su subsistencia como en su seguridad? ¿Somos realmente conscientes del alcance del daño causado a nuestro país y a nuestra gente por el congelamiento de las actividades gubernamentales? Esta situación no debería continuar más.
Otra crisis más ha surgido recién con Arabia Saudita y otros países del Golfo, y conllevó a crear fisura en las relaciones con estos países. Sus repercusiones negativas afectaron a varios sectores, incluso el mismo gobierno. Aquí quiero enfatizar una vez más la posición del Líbano quien desea mantener las mejores relaciones con los países árabes hermanos, y en particular, los países del Golfo, partiendo de la necesidad de separar la posición oficial del Estado libanés de los comentarios hechos por particulares y grupos. Las exigencias del sistema democrático de nuestro país garantizan la libertad de opinión y expresión. Por mi parte, sigo buscando una salida a esta crisis y espero que pronto encontraremos una solución.
Queridos Compatriotas,
Ustedes están exigiendo una rendición de cuenta. Que los corruptos que llevaron al país a la bancarrota, y robaron y dilapidaron su dinero, paguen el precio por sus acciones. Y, respondiendo a la pregunta que siempre me la hacen: “¿Por qué nadie aún ha sido puesto tras las rejas?”
Mi respuesta a la pregunta es: nadie ha sido encarcelado aún porque solo el poder judicial tiene la facultad de pedir rendición de cuentas. Todo lo demás, incluso las acusaciones de los medios de comunicación, que a veces pegan como otras veces decepcionan, nadie puede ir a la cárcel sin la decisión de un juez.
Jueces del Líbano,
Las acusaciones son muchas y los acusados también. Todos han asumido el papel del juez, del fiscal y del abogado. Todos acusan y son acusados a la vez. Estas acusaciones mutuas que amenazan la estabilidad e incluso la paz civil, no estarían sucediendo si no fuera por la omisión de nuestro Poder Judicial, quien falló en sus deberes, añadida también la influencia de los políticos. Tampoco hubieran sucedido si se hubiera reforzada la independencia del Poder Judicial por una ley que aún no ha visto la luz.
Hoy día, el poder judicial puede aún tomar la iniciativa, si logra distanciarse de las injerencias, y respetar los textos legales que protegen la independencia del poder judicial, y corrigen cualquier deriva que pueda obstaculizar su funcionamiento.
Todos deben recordar: políticos, líderes espirituales y jueces… cuando el sistema de justicia está sano, también lo es el país.
Queridos Compatriotas,
Mi mensaje de hoy para ustedes: con las elecciones legislativas, pronto tendrán la oportunidad de realizar el cambio. Conviertan las urnas del voto en un arma contra la corrupción y los corruptos, y contra todos quienes se formaron en este sistema. Treinta años nos han demostrado más que suficiente que ellos están profundamente arraigados y protegidos por varias “líneas rojas”.
Esta es la verdadera oportunidad que se les ofrece a ustedes y a la patria. No permitan que ellos regresen ataviados con máscaras nuevas y ropa importada, apoyados por dinero político con la intención de quitarle toda credibilidad a las elecciones, y, por tanto, apoderarse del poder a través de personas que cumplen directrices de afuera.
Los corruptos que están arraigados en todas las estructuras del Estado, intentan por todos los medios, solidarizandose, hacer fracasar cualquier intento de rescate. Lo que sucede con la auditoría forense de las cuentas del Banco Central del Líbano es la mejor prueba fehaciente. Esta decisión que tomamos de la auditoría forense revelará las causas del colapso y determinará las responsabilidades, como permitirá la rendición de cuentas para restaurar los derechos. Es el punto de partida para cualquier reforma en las distintas estructuras del Estado. Para ello, se han puesto en su camino diversos tipos de obstáculos, incluso antes de su aprobación por el Consejo de Ministros, llegando al día de hoy. Nosotros los hemos desarmado a medida que avanzábamos, punto por punto.
Observen bien y identifiquen a los obstructores tan pronto se caigan las máscaras. Es la misma camarilla de la corrupción. Ustedes tienen la opción de detenerla. Así que no pierdan esta oportunidad.
Queridos Compatriotas
Tantas preocupaciones generadas por las dificultades internas no pueden desviarnos de la verdadera confrontación que consiste en defender nuestra soberanía, liberar el resto de nuestro territorio, y proteger nuestros derechos en nuestras aguas marítimas. Nuestra opción fue y sigue siendo la de una negociación indirecta que permita delimitar nuestras fronteras marítimas del sur. Hay señales positivas de que llegaremos a un acuerdo que garantice los intereses del Líbano y su soberanía sobre sus aguas y recursos naturales, permitiendo que continúe el proceso de exploración de petróleo y gas.
Queridos soldados
Ustedes forman parte de este pueblo y yo soy uno de ustedes. Soy plenamente consciente de las graves repercusiones de la crisis económica en la institución militar. Sigo convencido de que, sea cual sea la situación, nada puede alterar su compromiso y su doctrina. No importa cuán engorrosa sea la tarea, nunca fallaran en sus responsabilidades.
Preservar la seguridad y la estabilidad del Líbano sigue siendo su función hoy y todos los días. Estoy plenamente convencido de que es y seguirá siendo la válvula de escape del país, y la fuente de confianza para sus conciudadanos.
Queridos Compatriotas,
No permitan que la desesperación se apodere de sus corazones. Vivo y comparto la magnitud de su sufrimiento, y estoy tratando de reducir su impacto. Sigo convencido de que el comienzo de la solución radica en la cooperación con las instituciones internacionales. Se han iniciado los preparativos para las conversaciones. La organización de intervenciones con estas instituciones pondrá en marcha la fase práctica, que será el verdadero comienzo para salir de la crisis.
Recuperen su confianza en su Estado y sus instituciones, porque siguen siendo sus únicas alternativas. Los que apuestan por sus caídas y se regocijan en ella, son co-partícipes de la masacre del pueblo y de la patria.
Tengan cuidado con el extremismo y el rechazo del otro, y con el discurso de odio que aumenta a medida que se acerca la fecha electoral. Presten atención a la propaganda que hacen algunos medios para sembrar discordia y generar desconfianza entre ustedes. Recuerden que son hijos de un mismo país, y que después que cierren los colegios electorales, volverán a estar juntos. Permanezcan unidos para salvar al Líbano.
Queridos Compatriotas,
En vísperas de esta fecha de independencia, siendo mi último mensaje dirigido con este motivo, deseo que su fe en su país permanezca intacta. Nuestro país, a lo largo de su historia, ha enfrentado muchas dificultades y calamidades y ha salido siempre ileso. No hay duda de que una vez más encontrará su camino a la salvación, sean cuáles sean las dificultades.
¡Que viva el Líbano!